Yo no salgo salen de mamarrachos del carnaval

Esta murga pacense debutó hace ocho años como limpiadoras del teatro López de Ayala y se quedó a las puertas de la semifinal el año pasado como vigilantes de la playa. Este año han ido a por todas y esperan cumplir sus expectativas y pasar a la siguiente ronda. Se han acogido a la nueva normativa de las bases del concurso, y es que pueden ampliar su formación hasta 18 miembros siempre que estén rotando y canten 15 sobre el escenario.

Con La Buhardilla de fondo y de mamarrachos, "Yo no salgo" ha sido una agrupación de las más aplaudidas de la noche. Contentos de que su mujer se haya ido en carnavales, ellos han cogido lo primero que han encontrado en el armario y se han lanzado a la calle a ritmo de comparsa.

Llegó el primer pasodoble tras una oleada de aplausos, que han ido directos al Ayuntamiento y sus concejales. Y es que están cansados de que se crean que son los salvadores del carnaval, y luego los utilicen para ganar dinero. Al igual que a las comparsas, que las ponen a merced del comercio. Dejaron claro que esto es posible gracias a todos nosotros. El segundo pasodoble en el que han "defendido" con una brillante ironía la independencia catalana.

Una ronda de cuplés de verdadero nivel. En el primero comentaron que el concurso está amañado, y la culpa es del jurado, que es muy malo. Pero los que deciden realmente en este concurso son, por supuesto, los asistentes. En el segundo cuplé se rieron de la metedura de pata de la Volkswagen y de lo que les ha costado la broma. Aquí mencionaron el puñetazo a Rajoy.

Muchísimo ritmo, humor y aplausos en el popurrí, en el que contaban cómo es un carnaval en Badajoz. Primero, el disfraz. Todo el año pensando de qué vestirse para al final pillar lo primero que se encuentra. Los brindis que se hacen cuando se tiene la borrachera en todo lo alto. Y de ahí a la Buhardilla, intentando arrimarse a alguna comparsera sin éxito. Aunque siempre queda el camino que lleva a Belén, y Belén acepta la petición de "refugiarse" en un portal. El entierro de la sardina de empalmada y aparcar en el quinto pino son cosas típicas que nunca faltan en el Carnaval de Badajoz. Y cuando termina, con toda la pena en el alma vuelta a la rutina... y la vuelta de la suegra, la mujer y sus hijos. Tampoco ha faltado una pullita a "Dakipakasa". Estos mamarrachos han dejado el listón muy alto esta noche.