Los Chalaos se dejan la barba en el escenario

La murga "Los Chalaos" debutó en el 2007 como raperos del Bronx y el año pasado consiguió el pase a semifinales como gnomos. Es el décimo año que se suben a las tablas del teatro López de Ayala y lo han hecho bajo el nombre de "Alpegáh Unakláh y su guardia real". Un dato curioso: todos se han dejado crecer la barba para este día tan especial. 

Con el escenario lleno de humo de darle tanto a la cachimba, han salido estos moros dispuestos a conquistar de nuevo a su reina mora, Badajoz. Y es que febrero les ha hecho renacer. El primer comentario de la noche, a los pocos segundos de presentarse, ha ido directo a Fragoso, ya que a este último rey moro no le gusta ni un pelo lo que le está haciendo a su ciudad.

Entre calada y calada llegaron los pasodobles. El primero ha ido dedicado a cada rincón de la ciudad, al Carnaval y a todas las personas que participan en él.  A febrero no le ha quedado otra que rendirse ante ellos. Y en el segundo defendieron al CD Badajoz; para ellos el negro y blanco es puro sentimiento.

Otras caladitas y la ronda de cuplés, con un estribillo muy pegadizo que todos han aplaudido. En el primero han comentado con mucho humor lo pesados que pueden llegar a ser las personas mayores: que si cederles el paso en la cola del súper, en el asiento en el autobús... y cuidado si no lo haces. En el segundo han caído de lleno las murgas que no han salido este año, desde el respeto y el cachondeo, por supuesto. Hablaban de "Dakipakasa", de "Los Murallitas" que se han fusionado y comentaban que a ver si ahora "Los Niños" tienen lo que hay que tener para quedar primeros.

Cantaron el popurrí por Alá. A su ciudad, por supuesto. Y a su Alcazaba, a la que van los chavalines con las guitarritas a hacerse fotos para ligar, por supuesto. Mencionan a Marwan, confundidos ya porque su nombre está por todos lados: en la cerveza, en la murga, que si un grupo de música...pero se retractaron cuando mencionaron la fiesta que hay en su honor, la Al Mossassa. Pusieron en el punto de mira a aquellos que no valoran todo el trabajo que hay detrás de una actuación, que acuden al teatro solo para ver a su murga favorita. Al igual que la subida del precio de las entradas, que ha causado que muchos fieles del concurso, se quedaran este año viéndolo por televisión. En la despedida se quitaron el turbante. Fue puro sentimiento hacia Badajoz y su Carnaval, que es lo que les hace resucitar.