Este plato es sencillo y rápido de realidad.
Está realmente sabroso y además tiene un conjunto de sabores muy bien mezclado que le hace aún más especial.
Simplemente hay que preparar las crepes, las cuales pueden hacerse y utilizarse de un día para otro. Luego se prepararía una bechamel ligera, y mientras tanto se saltearía con aceite y mantequilla la cantidad de chalota deseada, la cual se pocha, y también los champiñones estofados cortados en láminas.
En esta ocasión también disponíamos de manzana cortada en rectangulos pequeños y de queso cortado en dados, los cuales se añadieron ya que ligaban bien los sabores.
Finalmente se añade el sofrito de champiñones, chalota, manzana y queso a la bechamel, se remueve bien y ya se rellenan las crepes colocando sobre ellas una salsa denominada salsa rubia, la cual está hecha de la misma cantidad de demiglace que de bechamel.