Al final de la Guarda la cerveza está todavía turbia y sin el nivel óptimo de carbonatación. Para ello, la cerveza es filtrada a través de tierras kieselgur que eliminan la turbidez dejando la cerveza totalmente transparente. A continuación se ajusta el nivel de carbonatación y se mantiene en la bodega de 'Cerveza Brillante' hasta el momento de su envasado.
La cerveza filtrada y carbonatada es enviada al tren de envasado a baja temperatura y en condiciones de absoluta esterilidad. Una vez llenada la botella, se tapona para evitar que entre aire. A continuación se inicia la pasteurización, que puede ser tipo túnel o Flash. Después se etiqueta la botella y se pasa por el inspector final, una máquina que detecta y aparta las botellas vacías y defectuosas. Por último, la encajonadora mete las botellas en cajas limpias para ser colocadas en pallets.