Palabras Antonio Girol García, galardón Trofeo Hotel Río 2012

  • Palabras de Antonio Girol García, galardonado del Trofeo Hotel Río 2012 por la promoción y difusión de la Feria Taurina de Badajoz. 

     

    Buenos días.

     

    Cuando yo era pequeño y allá en Cabeza la Vaca donde nací y forjé desde niño mi afición jugando al toro con una vieja rebeca roja de mi hermana, pintando carteles de la feria de San Benito y principalmente escapándome de la escuela, con la complicidad de mi querido amigo José María, para ver las corridas de fallas o de la feria de abril en la tele de su Bar Taurino,  nunca pensé en que llegaría un día en que en Badajoz, ciudad a la que yo solo venía al médico, un grupo de aficionados insignes me iban a proponer y a conceder un trofeo taurino por hacer aquello que más a gusto he hecho siempre: difundir mi pasión más encendida, la de aficionado taurino.

    Si les soy sincero, y quienes me conocen saben que me encanta la sinceridad aunque esta a veces esté tan mal vista que te obliga a ir dejando gente, que pensabas que eran tus amigos, por el camino,  les voy a decir que tengo en este momento un sentimiento agridulce. 

    Sí, no les voy a engañar. Porque desde que el pasado 28 de junio, cuando con mi mujer, mi hija y Fernando González, que es casi como de la familia, nos tomábamos en el Horno de la Plaza Santo Domingo un refresco a la salida del programa que como cada martes hacía, y hago, en COPE, y sonó el teléfono y al otro lado la voz de D. José Luis Iniesta me anunciaba que el jurado del Trofeo Hotel Río a la promoción de la feria taurina de San Juan de Badajoz había decidido concederme el galardón de su duodécima edición, he pensado muchas veces en este trofeo. Por todo lo que ello supone de satisfacción personal al saberme tan querido por personas a las que he tenido como referente a lo largo de mi vida de aficionado. 

    Y me hubiese gustado muchísimo haber podido contar hoy aquí, por la especial ilusión que me hace recibir este agasajo, con gente a las que estoy muy unida por lazos familiares y personales. Mismamente daría medio premio por haber podido ver aquí el rostro emocionado de Ramón y Mati, dos de las personas más maravillosas que conozco y que se han pasado un año preguntándome qué día me concedía el trofeo para venirse desde Granada a estar conmigo. Cada vez que hablábamos, la última vez el pasado domingo, les decía lo mismo: “No sé, aún no me ha dicho nada. En cuanto sepa algo os llamo para que os organicéis”. Cuando les llamé ayer ya era tarde para poder venirse hasta Badajoz.

    Pero bueno, qué le vamos hacer, debe ser mi sino o este 2012 que se me ha atravesado de manera especial. 

    Ya que estamos con la bandera de la sinceridad desplegada les diré también que han sido muchas las noches, sobre todo porque soy muy noctámbulo, en que me tenido que agarrar, en sentido figurado, a este trofeo para tirar para adelante, porque hay días que no resulta fácil poder explicar a la gente o a uno mismo que des tanto por algo, como es la fiesta de toros, a cambio de una recompensa que no va más allá de esa espiritualidad que supone el amor al arte. Supongo que a partir de ahora, en los momentos de debilidad al tener cerca este trofeo me transmitirá la fuerza que irradia este toro para continuar en la lucha y ya no tendré que tirar de un recuerdo sino de una evidencia.

     

    Muchas veces puede que no seamos conscientes de la importancia que tiene un simple gesto. De ahí que les haya querido abrir una puerta de mi corazón para que sepan lo importante que puede llegar a ser sentir el afectuoso cariño de quienes comparten contigo una pasión o un ideal, y para que también sean conscientes del afecto con el que recibo este premio y lo que supone para mí tenerlo en mi casa, sobre todo dado mi todavía corto bagaje. 

    Para ir finalizando me resta por decirles que solo les puedo prometer dos cosas:

    La primera, que siempre llevaré en mi corazón este día como uno de los más importantes en mi vida  de aficionado, con sus luces y sus sombras.

    Y la segunda, que intentaré dentro de mis modestas posibilidades, seguir como hasta ahora defendiendo, divulgando y promocionando la fiesta de toros en general, pero muy particularmente la de mi tierra. Porque es lo único que da sentido a mi vida. 

    Muchas gracias de todo corazón, en mi nombre y en el de mi familia, los que están y los que no han podido acompañarme en este día tan especial como hubiesen deseado.  

     

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