El parque Infantil se localiza en el foso de la fortificación, entre los baluartes de San Vicente y San José. El encargado de su construcción en el año 1950 fue una vez más Antonio Juez, quien también participó activamente en la remodelación de otros parques de la ciudad. Debe su nombre a que ya desde su creación tenía el objetivo de que los niños tuvieran un lugar adecuado para jugar sin peligro. Por eso fue uno de los primero lugares de la ciudad donde se instalaron toldos, columpios y otros juegos infantiles.
En su interior destaca el Monumento a la Virgen de la Soledad adosado a la muralla, erigido en 1954, para el que se reutilizó la portada de la antigua ermita del siglo XVIII. En el parque está el Auditorio Ricardo Carapeto Burgos, que reaprovecha el revellín de San Vicente de la fortificación abaluartada. Desde su inauguración, en 1960, es testigo en los meses de verano de variados eventos culturales.
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