El Palacio de los Duques de Feria fue construido por Lorenzo II Suárez de Figueroa, II Señor y I Conde de Feria en 1437 en un tiempo récord, pues tan solo necesitaron 6 años.
En su construcción, el edificio se planifica como una residencia señorial. La entrada al alcázar se sitúa intramuros y ante ella se extendía la plaza de Armas. De trazas góticas, su decoración responde al gusto mudéjar y extramuros muestra un aspecto fiero y más solemne.
Para dotarlo de mayor comodidad, el segundo duque de Feria, Lorenzo IV Suárez de Figueroa, remodeló las primeras obras del alcázar. Además, mandó a construir un pasadizo que uniera la fortaleza con la iglesia conventual de Santa Marina.
Respecto al alcázar en general, ha sufrido alteraciones importantes durante la época ducal, aún así, ha llegado hasta nuestros días conservando gran parte de su disposición medieval.
Cuando desaparecen los Suárez de Figueroa, el palacio entra en decadencia y acaba convirtiéndose en un lugar dedicado a distintas funciones, hasta que en 1965 comienzan las obras para transformarlo en el Parador de Zafra.
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