Un proyecto piloto permitirá el autoconsumo energético compartido entre varios edificios de la Diputación de Cáceres

Con el fin de avanzar en las políticas que supongan potenciar y mejorar la gestión sostenible de los recursos energéticos, la Diputación de Cáceres, a través del Área de Medioambiente y Transición Ecológica, trabaja ya en un proyecto de almacenamiento energético compartido.

Es a través del convenio de colaboración firmado con el Consorcio de la Agencia Extremeña de la Energía (AGENEX) como se participará en el proyecto INNOINVEST (Interreg España-Portugal), denominado “Promoción de inversión empresarial en innovación de productos energéticos para edificación”.

Este proyecto piloto consistirá en la instalación de generación solar fotovoltaica con almacenamiento de 51 kw para autoconsumo compartido entre varios de los edificios que tiene la institución provincial en Cáceres, con un presupuesto total de 48.340 euros.

En esta primera fase, la instalación se llevará a cabo en la cubierta de uno de los edificios del Complejo Cultural San Francisco, y a partir de ella se dará aporte energético al resto de edificios del complejo, así como al Julián Murillo y al Museo de Historia y Cultura Casa-Pedrilla y Museo Guayasamín.

Supondrá, tal como ha explicado el diputado del área, Alfonso Beltrán, una experiencia “ejemplarizante por su novedad en el funcionamiento, mostrando un modelo de consumo compartido, que esperemos que los alcaldes y las alcaldesas puedan trasladar a sus propios municipios, de modo que, provechando una sola ubicación, se pueda dar suministro a varias dependencias sin necesidad de generar una red de distribución nueva”.

En este sentido, se va a realizar una monitorización de las producciones y consumos de la instalación fotovoltaica y del funcionamiento compartido para estudiar su utilización.

Esta instalación sigue la línea del concepto de generación de energías renovables que recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 de España, teniendo en cuenta que las comunidades energéticas permiten aprovechar recursos renovables de forma local y activan la participación entre las administraciones y la ciudadanía en la producción de energía limpia.