La Junta recuerda la entrada en vigor del nuevo etiquetado de eficiencia energética para electrodomésticos y pantallas electrónicas
- Publicado: 02/03/2021 16:19
- por: extremadura.com
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La Junta de Extremadura recuerda que este lunes, 1 de marzo, entró en vigor la nueva etiqueta energética que figurará en los electrodomésticos (frigoríficos, lavadoras y lava-secadoras, lavavajillas, congeladores, vinotecas), monitores y televisores, de acuerdo con la modificación que ha introducido la Comisión Europea y los nuevos métodos de ensayo sobre los consumo de estos aparatos eléctricos.
En septiembre de 2021 se ampliará la obligación de la nueva etiqueta para bombillas y lámparas, y a partir de 2022 para los aparatos de aire acondicionado y secadoras.
Este nuevo etiquetado comprende siete clases de eficiencia energética, clasificando los aparatos desde la letra A, la más eficiente, a la G, que tiene mayor consumo energético y, por tanto, será menos eficiente.
De este modo, se simplifica y se expone con mayor claridad qué electrodomésticos son más eficientes y cuáles son los mayores consumidores de energía. Además, cada aparato llevará asociado un código QR con toda la información del fabricante relativa a las características del aparato que compra, y una serie de pictogramas para identificar el consumo de agua, la eficiencia de centrifugado o la emisión de ruido, entre otras variables.
Un dato significativo del nuevo etiquetado es la desaparición de las clases A+, A++ y A+++, uno de los factores determinantes para introducir el cambio en el método de ensayo, debido a la saturación de productos disponibles en el mercado con este etiquetado.
De cualquier modo, no habrá una correlación entre la nueva clasificación y la anterior, de modo que un aparato clasificado hasta ahora como A+++ puede pasar a etiquetarse como clase B, C o incluso inferior. El producto de alta eficiencia continuará siendo el mismo, pero variará en función de la aplicación de estas nuevas normas de ensayo.
Esta reclasificación dejará espacio a los nuevos desarrollos tecnológicos en las clases más eficientes (A y B), de manera que los productos tecnológicamente más avanzados cuenten con una clasificación adecuada a su eficiencia energética.