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Cultura
Cultura traslada la escultura de Ángel Duarte de la autovía A-66 en Aldeanueva del Camino a una nueva ubicación dentro de la localidad
  • Publicado: 02/08/2019 16:14
  • por: extremadura.com
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La Consejería de Cultura, Turismo y Deportes ha instalado en la plaza Eduardo Rubio de Aldeanueva del Camino la obra del escultor extremeño Ángel Duarte titulada ‘E 26 A. I. (Extremadura)’. En su ubicación anterior, la salida de la autovía A-66 a la altura de la localidad, se había visto afectada y deteriorada a causa del viento.

La escultura estuvo asentada en la salida de la autovía sobre una gran peana de hormigón y granito negro diseñada por el mismo escultor. Esta ubicación trajo aparejado el que los fuertes vientos que rolan en ese punto hicieran imposible su mantenimiento, debiéndose restaurar la obra en dos ocasiones. Ante tal contratiempo y después de su última restauración, se estudió un nuevo espacio dentro del casco urbano, al resguardo de los vientos.

Con esta nueva ubicación, se protege la obra de arte que el escultor, nacido en la localidad, creó en el año 2001 para el encargo que le hizo la Junta de Extremadura a raíz de la concesión de la medalla de la Comunidad Autónoma.

La escultura, inaugurada en 2005, se concibió como un elemento mobiliar destinado a un espacio público poco convencional en nuestra región, el punto kilométrico 437,8 de la A-66, en la entrada a Aldeanueva del Camino, dirección Cáceres.

Ángel Duarte propuso originalmente esta ubicación con el fin de dar la bienvenida a todos aquellos que entrasen en Extremadura por la Vía de la Plata.

La obra mide cuatrocientos ochenta centímetros de altura, setecientos veinte de largo y trescientos treinta de ancho. Está compuesta por dos grandes paraboloides hiperbólicos.

SOBRE ÁNGEL DUARTE

Ángel Duarte, miembro fundador, entre otros grupos, del Equipo 57, nació en 1930 en Aldeanueva del Camino y desarrolló su obra artística dentro de la más relevante tradición conceptual sobre las formas geométricas.

Duarte inicia su formación, en los años 40, en la Escuela de Artes y Oficios de la calle de la Palma de Madrid, donde cursó sus estudios preliminares a lo largo de tres años, abandonado esas enseñanzas hacia 1948, por considerarlas excesivamente reglamentadas.

En 1954 deja España y se instala en París, donde inició un giro sustancial, desde el punto de vista estético, en sus obras, cuyas preferencias se inclinaron hacia la abstracción.

En 1957, junto a Jorge Oteiza, José Duarte, Juan Serrano y Agustín Ibarrola, influenciados por el racionalismo lineal, crean el Equipo 57 mediante su ‘Manifiesto’, que reclamaba la necesidad de que la obra artística quebrase el concepto clásico de la obra plástica y buscase la esencia en la propia materia y la interactividad a través de un planteamiento sobre la continuidad dinámica del espacio y la asunción del ideario del cubismo sintético. En los cinco años que estuvo activo el Equipo 57, Ángel Duarte participó en ocho exposiciones junto a sus compañeros en diferentes países europeos.

Durante los años 60, Ángel Duarte se traslada a Suiza, donde promovió, en 1963, la creación de la Asociation Valaisanne des Artistes, siguiendo su carrera en solitario, pero aferrándose a esa constante de la idea colectiva. Fue la época en la que proyectó de forma más personal sus inquietudes sobre una base matemática.

En 1967 fundó, junto a Ficher y Tanner, el Grupo Y, esgrimiendo de nuevo los postulados defendidos por el Equipo 57, y añadiendo a su bagaje los contactos establecidos con los grupos adscritos a la Nouvelle Tendance, como fueron, entre otros, el Grupo T de Milán, con sus aspectos cinéticos, o el Grupo N de Padua y su interés por las aplicaciones lumínicas.

Ángel Duarte amplió su carrera en solitario con el ‘Manifiesto sionés’ en 1972,  aunque sin renunciar nunca a los firmes contactos dentro del movimiento cinético europeo. Esta etapa supuso para su propia obra un paso importante en el análisis científico de los fenómenos físicos y la estructura artística de las obras.

Igualmente, al comenzar la década de los años setenta, Ángel Duarte, con un reconocimiento incuestionable en Suiza y fuera de sus fronteras, inició el desarrollo de sus grandes esculturas monumentales, que hasta ahora sólo eran proyectos.

Con la muerte de Franco, Duarte vuelve a España y su trayectoria es recuperada para el país en 1980, en el prestigioso Premio Cáceres de Escultura, destacando sus dos grandes ejes, el del trabajo colectivo y la investigación.

Durante los últimos 20 años de su carrera, el escultor se centró en los proyectos de arte público en Suiza y España. Falleció en Sierre-Sión (Suiza) en 2007.

Entre las obras más conocidas de este periodo se encuentran ‘E. 4 A. I. B’,  en el Parque Europeo de Esculturas de Sevilla, en 1992, con motivo de la Exposición Universal de Sevilla; ‘E. 4. A. I. B.’ en el exterior del MEIAC (Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo), en Badajoz; y ‘E. 26. A.I. (Extremadura)’ en Aldeanueva del Camino.