Cultura inicia el expediente para declarar Bien de Interés Cultural el puente del Cardenal de Jaraicejo y Torrecillas de la Tiesa

Ubicado sobre el río Almonte, este puente transcurría por el antiguo camino real que comunicaba Madrid y Toledo con Extremadura y Portugal, a través de Trujillo. Elementos muy destacables en el puente son la inusual rampa central, el templete y las dos hornacinas que se sitúan sobre el mismo.

El puente original lo promovió el obispo de Plasencia, Juan de Carvajal, siendo su constructor en 1440 el cantero y maestro mayor del obispado de Plasencia, Pedro González. El puente, cuyo origen bien pudiera ser romano, fue reparado por orden de los Reyes Católicos en 1493; ampliándose el mismo entre 1634 y 1639 por el maestro Lucas González de la Gándara.

En el puente convergen el camino real a Madrid y un ramal de la cañada real leonesa occidental, motivo por el que se construyó la rampa para el ganado, tan peculiar. El puente estuvo en uso hasta la construcción, en los años cincuenta del siglo XX, de otro puente para la carretera Nacional V Madrid-Badajoz, situado a unos cientos de metros.

Construido con sillares de granito, la longitud del Puente del Cardenal es de 150 metros. Con perfil horizontal, tímpanos macizos y nueve ojos con arcos y bóvedas de medio punto o escarzanas, posee una altura máxima de 10 metros y una luz máxima en arco de 12,2 metros.

La rampa de uso ganadero divide la zona original de la ampliación del siglo XVII. La rampa está revestida de sillería como el resto de la construcción y posee pretiles y solado de granito. Esta parte de la obra va a desembocar directamente en la zona en la que se sitúa el templete con los escudos. El templete es el elemento más destacado desde el punto de vista artístico, de la construcción.