Navalvillar de Pela celebra el 16 de enero la carrera de San Antón, fiesta declarada de Interés Turístico Regional desde 1986
- Publicado: 03/01/2018 16:02
- por: extremadura.com
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Si de cifras se trata, la celebración de La Encamisá o San Antón de Navalvillar de Pela celebra este año su 32 aniversario como fiesta declarada de Interés Turístico Nacional; atrae a unos 10.000 visitantes; participan 1.200 caballos con sus jinetes respectivos; prepara 9.000 kilos de biñuelos con vino que se reparten gratuitamente en 50 puntos del recorrido; enciende más de 20 hogueras por las calles del casco antiguo; y cada manta que lucen las monturas, engalanadas con 100 madroños, cuesta entre 4.000 y 7.000 euros.
Para presentar la edición de este año, Lorenzo Molina, diputado delegado del Patronato Provincial de Turismo y Tauromaquia, indica que se trata de la primera fiesta de Interés Turístico que se celebra cada año “apoyada por la Diputación de Badajoz con una aportación de 3.000 euros”. Molina destaca que no es la única en recibir ayuda de la institución provincial pero sí una de las principales. “Con esta colaboración pretendemos favorecer y promover el desarrollo turístico de las localidades de la provincia para que genere riqueza y empleo”, añade.
El alcalde de Navalvillar, Francisco Javier Fernández Cano, explica que por la agenda de eventos turísticos nacionales de enero les resulta imposible asistir a Fitur para la promoción de la festividad, si bien quieren este año difundir la celebración en la ciudad madrileña de Fuenlabrada con el apoyo de la Diputación pacense y las casas regionales extremeñas de la Comunidad de Madrid. La fecha está por determinar.
Cuenta la tradición que en la Edad Media los árabes intentaron invadir Navalvillar de Pela, pero huyeron despavoridos creyendo que la resistencia del pueblo estaba formada por un ejército fantasmal. En realidad, eran los peleños que, sabiéndose inferiores en número y armas, encendieron varias hogueras y galoparon veloces al son de tambores y cencerros, ataviados con amplias camisas blancas y sombreros puntiagudos amparando su engaño en la oscuridad de la noche.
Todo comienza el día 6 de enero, cuando la imagen del santo, que se encuentra en una ermita, se baja en procesión hasta el pueblo, donde permanecerá hasta el día de su onomástica en la parroquia. Acompañan al santo jinetes vestidos con el traje típico. Las mantas con que se visten los caballos se elaboran en los telares del pueblo con lana y algodón. Los jinetes visten gorro multicolor puntiagudo a la cabeza, pañuelo multicolor al cuello, camisa blanca, faja roja o negra, pantalón de paño o pana negra, botas y zahones de cuero. Antes de la fiesta grande todo el pueblo acude a la bendición de los animales, incluidos los jinetes, que llevan a sus caballos para que el sacerdote los bendiga.
El mayordomo de la Cofradía de San Antón, Raúl Asensio, recuerda que unos 1.200 jinetes cubren a la carrera tres vueltas al casco antiguo con un dispositivo de seguridad compuesto por dos dotaciones de la Cruz Roja en previsión de posibles accidentes. La carrera dura entre tres y cuatro horas, se elaboran para la ocasión 3.500 litros de vino y 9.000 de biñuelos, y el tamborilero o tamborilera se elige entre niños de 10 a 12 años. En esta edición la niña Teresa Pastor es la tamborilera que desde el 6 al 16 de este mes se encarga de tocar el tambor a las 8 y 17 horas cada día recorriendo el trazado por el que galoparán los caballos.
En el transcurso de la carrera, los jinetes se acercan a besar la bandera y la charanga que está en la Plaza Mayor reúne a cientos de personas en lo que llaman la infantería, que hará el mismo recorrido, pero entrará en todos los locales abiertos disfrutando de la música, el vino de pitarra y los biñuelos.
Fernández Castaño no ha querido cerrar la presentación de La Encamisá 2018 sin agradecer el trabajo de la organización, la Cofradía, el mayordomo, la Diputación y de las entidades y colaboradores de la fiesta.