Los Hechiceros desde su cielo

El año pasado se notó su ausencia, y es la segunda vez que se suben al escenario del teatro López de Ayala. Este año les toca a la murga "Los Hechiceros" representar a Almendralejo, ya que la murga "La Mascarada", una de las más veteranas de esta localidad, no actuarán en esta edición.

Como novedad este año en el certamen, puede emplearse durante la presentación cualquier objeto u otro instrumento no reglamentario, y este "ejército del cielo" han optado por unas tenues y dulces campanillas mientras se levantaba el telón. Un cielo cuidado al detalle es lo que se ha visto sobre el escenario y plagado de ángeles que velan por nosotros y nuestra felicidad.

En el primer pasadoble han sido directos. Arrancando con un sentido punteo de guitarra, han acusado a los independentistas catalanes y a los vascos de llevar a cabo sus ideales con violencia, y piden que vivan y que dejen vivir. Incluso ondean una bandera de España hecha trizas, reflejando así el esfuerzo de nuestros antepasados que se dejaron la piel por este país. En el segundo pasodoble, derrochando sentimiento, cantan hacia el cielo. La unión de las voces ha rozado la perfección, delicada y con mucha fuerza a la vez.

En la ronda de cuplés, han reconocido que hasta en el cielo ha habido recortes, haciendo referencia a todo el panorama político y económico de la crisis de estos últimos años, que aún sigue presente. Y el segundo cuplé ha ido dirigido a la chica de la prensa, aquella que critica y da caña en los medios de comunicación porque ninguna murga le convence. También ha tenido cabida el negro del WhatsApp.

El popurrí se ha desarrollado a base de rumba y flamenco, en el que el público también ha querido participar con su 'palmeo'. Han animado al público a que cojan sus disfraces y se enfrenten a la guerra del Carnaval de Badajoz con risas y alegría. Mencionando a la Plaza Alta en un solo, aludiendo a la crisis de valor que tiene la gente hoy en día, que poco hace para intentar cambiar el paisaje político de hoy en día y castigando con el candente calor del Sol a aquellos políticos que gobiernan por su propio interés, se han llevado una buena ovación del público. "El cielo puede esperar", se podía leer en sus escudos en la despedida.