Algunos de los vinos de Ignacio de Miguel Poch se descubren en Iberovinac

Máxima expectación para la primera cata de vinos de la 16ª Edición del Salón del Vino y la Aceituna de Extremadura. Tenía lugar ayer viernes 27 de noviembre a las 11:30 horas en la Zona de Catas Pabellón D del Palacio del Vino y la Aceituna a cargo del enólogo Ignacio de Miguel Poch.

Una multitudinaria sala de asistentes esperaba impaciente escuchar al experto y degustar una selecta cata de seis vinos. Entre el público se encontraban alumnos del ciclo de Formación Profesional de Procesos y Calidad de Industrias Alimentarias, que se imparte en el Instituto Santiago Apóstol de Almendralejo.

La presentación vino a cargo de la sumiller Catalina Bustillo quien introdujo al ponente. Ignacio de Miguel expuso su dilatada experiencia como enólogo. Explicó el por qué de una cata tan amplia, que podía parecer compleja para los que estaban allí reunidos, pero aseguraba que no era así. Cuando trabajaba en Bruselas, al finalizar sus estudios, realizaba extensas catas para adecuar las mezclas que tenía que tener cada vino, para diseñar sus olores y sabores, y ello le lleva a la costumbre y práctica con la que cuenta en la actualidad.

Gracias a sus experiencias y a observar cómo sus maestros hacían algo que, en sus palabras, le “parecía magia” posee una técnica que muchos califican de impecable y otros consideran que es un don.

Desde su punto de vista era complejo probar “un vino peor después de haber tomado uno de gran calidad”, sin embargo asegura que ahora es consciente de que un buen enólogo tiene que entender la “magia” que tiene cada vino y ese es el valor de cada bodega.

Así pues con más de 20 años de experiencia, más de 250 vendimias a sus espaldas y el diseño de más de 100 vinos propuso a los asistentes a la cada de “algunos de sus vinos” el reto de contrastar si veían algo de su personalidad en aquella selección de vinos.

El primero de los vinos fue Pago de Larrainzar, de Bodegas Pago de Larrainzar, Reserva especial de 2009, de Navarra. Se trata de una de las bodegas que más al norte de España y en las que tienen todo un mes de vendimia para recoger todos los tipos de uva que cultivan. El objetivo que tuvo la creación de este vino fue, tal y como asegura Ignacio “la elegancia”. 

El segundo vino es Tiento de Carrascas, de Bodegas Carrascas, Albacete. Se trata de una botella que llama la atención por su diferente etiqueta, que es un diseño que imita al plano de la finca. Ignacio aseguró que este vino produce una “auténtica montaña rusa de sabores en boca con un toque de caninos muy pulidos al final".

En tercer lugar se degustó Pasos Largos, de Bodegas Los Budejos, Denominación de Origen Serranía de Ronda. Con una historial real este vino tiene mucha fuerza y por haber nacido con sol pero altitud lo hace el vino más complejo de la cata.

Martúe, de Bodegas y viñedos Martuelas, D.O. Pago Campo de la Guardia es el cuarto vino de esta cata. Para mantener todas las cualidades de este vino no se ha sometido a fuertes tratamientos de estabilización y filtrado, por lo que con el tiempo puede aparecer un sedimento natural que permita alcanzar la excelencia.

A continuación se sirvió Raíz Profunda, Denominación de Origen Ribera del Duero, de Bodegas Raíz y Quesos Páramo de Guzmán. En nariz deja un aroma a moca y cacao, y sin embargo en boca todo son frutas y elementos de altísima calidad. Ignacio reconoce que le encanta este vino pero que para el momento es “cañero”, es un vino excepcional para acompañar comidas.

Finalmente Carabal, Denominación de Origen Ribera del Guadiana, de Bodegas Carabal es la nota extremeña de esta cata. Los vinos extremeños, según el enólogo, sorprenden por su calidad. Ignacio asegura estar orgulloso de este vino que es el más original de todos con los que trabaja, todo lo que está alrededor de la viña se puede apreciar en el vino.