No somos nadie, de licenciados a tramoyistas

Los chicos de No somos Nadie consiguieron superar las expectativas que siempre crea una murga compuesta por componentes de otras que ya no están, y con creces.Un estilo diferente que no suena ni demasiado a Caidita ni demasiado a Peleles llevaron a estos licenciados con trabajos y sueldos precarios a cantar por segunda vez sobre las tablas del López de Ayala.

Como es habitual en semifinales, las murgas se dejan la piel intentando sorprender con respecto a preliminares, y en este caso, No somos nadie ha cambiado hasta de tipo, en la presentación en la que salían cada uno con una toga y bajo ella su uniforme de trabajo, han hecho a la regidora del López de Ayala participante de la actuación y le han pedido trabajo, y con los chalecos de trabajo del teatro pacense han proseguido su actuación.

En los pasodobles, ambos muy aplaudidos, han cantado por un lado a la situación que se vive con la venta de entradas, y la mala gestión de las mismas, las que los reventas empiezan a aflorar en nuestro concurso.En el segundo, sentido homenaje a las murgas de ayer , hoy y mañana, referenciando el concurso infantil y juvenil que tendrá lugar mañana por la noche.

En el turno de cuplés, cantan a que lo único que no puede hacer el pequeño Nicolás es multar a Astorga, y por otro lado, hacen una parodia de los catalanes y su tacañería.

Han cambiado pasodobles, cuplés, estribillo e introducido diferentes gracias en presentación y popurrí, vamos, que de preliminares queda poquito.Gran comienzo para No somos Nadie en su primer año.