¿Quiere saber a qué supo la Edad Media?, descúbralo en Sigüenza el 3 y 4 de octubre
La localidad de Sigüenza en la provincia de Guadalajara, volverá a acoger el próximo día 3 de octubre una nueva edición de su Certamen Internacional de Pinchos y Tapas Medievales, convocado por la Red de Ciudad y Villas Medievales.
El encuentro gastronómico llevará hasta los bares y restaurantes de la ciudad las tapas que representan a cada una de las doce ciudades de la asociación al precio de 2,50 euros acompañadas de una caña o un vino.
Los cocineros y cocineras que integran la Red de Ciudades y Villas Medievales cada año dan respuesta de mil forma diferentes, con técnicas antiguas y modernas y dos únicas condiciones: no se pueden utilizar ingredientes posteriores al descubrimiento de América y la tapa se tiene que poder comer de dos o tres bocados a la pregunta ¿A qué creen que supo la Edad Media?
Todos ellos tienen una historia que contar y lo harán, en Sigüenza, de la manera en la que mejor se expresan, a través de la cocina. En anteriores ediciones los peregrinos medievales, los suelos empedrados de Hondarribia, el rosetón de la catedral de Sigüenza y su Doncel, los viajes de los vendedores ambulantes por la ancha Castilla con sus salazones de bacalao en Almazán, los barquitos pesqueros de arrantzales vascos, las profundas y generosas bodegas de Laguardia, el puchero cauriense, reminiscencias árabes en Pedraza o los molinos de Consuegra han estado representados en cada pincho.
El certamen de pinchos y tapas medievales de Sigüenza va a reivindicar la larga tradición culinaria local que, partiendo desde clásicos como los asados castellanos de cabrito o de cordero, las migas y gachas, o las setas y hongos en todas sus variedades, han evolucionado hasta versiones modernas de los platos tradicionales y una extensa cultura del pincho, de la que hay magníficos exponentes en la ciudad. Ese fin de semana será el momento de recordar a las guisanderas seguntinas, las madres y abuelas que conservaron con celo las recetas del pasado y que las mostraron a su linaje. Ellas están en todas las recetas, por supuesto en las antiguas, pero también en las modernas, que pueden degustarse en muchos locales de la ciudad. Y será el momento de recordar toda la repostería doncelina, de hondas y dulces raíces melíferas.
Así pues, en el primer fin de semana de octubre se unirán los pinchos medievales hechos por campeones locales de 8 ciudades a una longeva y curtida tradición culinaria, ¿Se les ocurre una mejor manera de recibir el otoño?
La relación de ciudades que presentarán su pincho en Sigüenza serán:
Representando a Extremadura en este Certamen de Pinchos y Tapas Medievales destacamos entre los finalistas a:
Sigüenza. Un poco de historia
Los restos culturales seguntinos son de recio abolengo. Los celtíberos ya eligieron las inmediaciones de la cabecera del Henares para establecerse en el cerro de Villavieja, justo enfrente de la ciudad moderna. Los romanos prefirieron para su asentamiento el valle, en la vereda del río. Siglos mas tarde, los visigodos se instalaron en la parte alta de la actual ciudad y en su época Sigüenza se convirtió en sede episcopal. Cedieron su control en el siglo VIII a los musulmanes, que ocuparon Sigüenza hasta el siglo XII. Durante la dominación árabe, la Ciudad Mitrada no tuvo relevancia política ni histórica en beneficio de la soriana localidad de Medinaceli, distante tan sólo 27 kilómetros.
En 1124 los musulmanes fueron expulsados definitivamente de Sigüenza tras años de cruentas escaramuzas. La ciudad retomó entonces el pulso cristiano y se convirtió en un Señorío Episcopal. Desde la Reconquista, la historia de Sigüenza es la historia de sus obispos, tan vinculados a la ciudad que fueron los promotores de la construcción de su nueva catedral, de la conversión de su antigua alcazaba islámica (actual Castillo-Parador) en residencia episcopal y del desarrollo urbanístico de la ciudad. Vestigios de dos recintos amurallados, que aún conservan varias de sus puertas monumentales, nos hablan de la pujanza de Sigüenza una a lo largo de los siglos XIII, XIV y XV. Prosperidad vinculada al paso de la Mesta por sus inmediaciones y a la convivencia de judíos, musulmanes y cristianos en sus calles cuajadas de tiendas y talleres artesanales.
Al final de la Edad Media, la apertura de la plaza Mayor ante la puerta meridional de la catedral, tras derribar parte de las murallas de la ciudad, fue el primer paso para la transformación en una ciudad renacentista. Era la época del Cardenal Mendoza, uno de los mas famosos obispos seguntinos. En los siglos sucesivos el crecimiento de la ciudad se expresaría físicamente con un ensanche renacentista protegido de murallas; una calle monumental barroca, donde se alzó el nuevo edificio de la universidad de Sigüenza fundada en el siglo XV; un barrio ilustrado, una alameda neoclásica, y diversos barrios residenciales contemporáneos. Sin embargo, la actual ciudad no ha perdido su esencia medieval, y tiene a gala conservarla y protegerla como uno de sus sellos mas genuinos de identidad.
Sobre la Red de Ciudades y Villas medievales.
Red de Ciudades y Villas Medievales es una alianza integrada por doce municipios de la Península Ibérica cuyo patrimonio medieval les confiere un atractivo turístico de primer nivel. La Red, que atraviesa la península de Norte a Suroeste, tiene como fin la promoción y difusión de estas localidades, en las que el medievo ha dejado su poderosa huella. Almazán, Consuegra, Coria, Estella-Lizarra, Hondarribia, Laguardia, Olivenza, Pedraza, Sigüenza, Sos del Rey Católico en España, y Marvão y Vila Viçosa en Portugal integran esta unión de ciudades y villas que encierran imponentes paisajes, gastronomía y oferta cultural.
Entre los fines de la Red de Ciudades y Villas Medievales destaca la promoción turística y la organización de determinados eventos que permitan dar a conocer a un mayor número de personas estas localidades.
Uno de los objetivos marcados del proyecto es poner en valor la riqueza y variedad de recursos de unas localidades, que han sido escenario de importantes acontecimientos históricos, siendo su acervo cultural la marca por las que se las reconoce nacional e internacionalmente.