Lea Vicens
Lea Vicens
Nacida en Nîmes, una zona amante de las tradiciones, y de padres conocedores y respetuosos de estos códigos y rituales que hacen grande esa tierra marismeña de la Camarga Francesa, Léa creció entre caballos, toros y jinetes, forjándose como uno de ellos gracias a su esfuerzo y la participación en diversos concursos de labores camperas.
Poco a poco fue acaparando trofeos, lo que le permitió labrarse el respeto de los intransigentes jinetes camargueses, a los que fue conquistando por su singular elegancia. Su intuición y su sensibilidad la convirtieron en una ingeniosa domadora. Esas facilidades le incitarán siempre a progresar más allá de los límites definidos. Una serie de encuentros la acercaron al mundo del campo bravo y del arte de Marialva.
Ya en Andalucía, Léa se convirtió en su discípula, la heredera de este centauro que durante décadas innovó este arte. Durante cuatro años, desde el amanecer hasta el anochecer, esta amazona se ha ido ganando sus galones, domando sus propios caballos, refinando su toreo, forjando un estilo asentado en su personalidad, preparándose en la intimidad, toreando vacas y toros en privado, haciéndose rejoneadora.
Cuatro años de dura labor para, por fin, el 2 de octubre de 2010, sentir los primeros sabores de la esperada recompensa: su presentación en público. La cita fue en Olmedo (Valladolid), donde se pudo vislumbrar el fruto de esta ilustre escuela torera. Siempre bajo la atenta mirada de su mentor que, mejor que nadie, sabe que en el toreo todo llega a quien sabe esperar. Las cartas estaban jugadas y Léa se convirtió oficialmente en rejoneadora, integrando el escalafón de toreros a caballo.