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Muchas han sido las casas de nuestra ciudad, Olivenza, que presentaban en un lugar visible, bien en la fachada, bien en el zaguán, una piedra de mármol, de unos 25x25 cms, con una inscripción alusiva a la cofradía a la que dicho inmueble pagaba censo. Fueron las cofradías de la Santa Casa de Misericordia y de las Almas de Santa María de la Asunción y Santa María Magdalena las que más censos percibieron.

Para que el rentero o recaudador no tuviera confusión ni con la casa ni con la cofradía a la que se pagaba dicho censo, se solía colocar mencionada placa de mármol con las inscripciones: MZA, ALMAS DA MAGDA, ALMAS MATRIS y un año, que indicaba desde cuando pagaba este impuesto.

 ¿Qué era el censo? Es una obligación o carga que pesa sobre una propiedad inmueble y que hay que vincularlas al protagonismo que durante los siglos XV al XIX alcanzaron las instituciones eclesiásticas. Son donaciones realizadas a determinadas cofradías para que se rezasen misas por el alma del difunto, atendiendo al concepto que se tenía de que cuantas más misas se rezasen por el alma de los difuntos, antes se pasaría del purgatorio al cielo. Estos bienes inmuebles, posteriormente, eran acensuados, no pudiéndose ni aumentar ni disminuir su cantidad, es decir, el censo perduraría durante siglos.

Las leyes de 1855, 1856 y 1859 permitieron redimir cualquier tipo de censo, para ello habría que pagar el equivalente a treinta años de su importe anual.

Con lo recaudado, muchas cofradías adecentaban sus altares y templos, otras, también se dedicaron a realizar obras de caridad, caso de la cofradía de la Misericordia.

El marco que se presenta es de mármol blanco, de 25x25 cms., en el que aparecen incisas las palabras ALMAS MATRIS 1742, clara alusión a la cofradía de las Almas de Santa María de la Asunción, también conocida como igreja Matriz, y al año en que comenzó a pagarse el censo.

Fue donado en 2012 por Marcial Lagoa Librero.