Con las geniales notas de la pieza musical “El menú” comenzaba la novena edición de Gastromúsica en Villafranca de los Barros, una buena forma de abrir boca para un evento cargado de excelencia.
Los olores que anunciaban un futuro gran sabor se descubrían mucho antes de que el acto diera comienzo. Los cinco restaurantes invitados preparaban sus platos con cariño y mucho estilo para que, un año más, los comensales disfrutaran del abanico de sabores que se habían seleccionado para la ocasión.
En el contexto de la plaza de toros, los preparativos parecían la compleja maquinaria de un reloj. Cada restaurante, cada servicio, cada chef, cada camarero, cada organizador… todos allí tenían un rol individual que era imprescindible para formar un todo, para que la maquinaria se pusiera en marcha.
Y por fin, comenzó Gastromúsica 2015. La presentación vino de la mano de la Secretaría de Cultura, Miriam García Cabezas, y el Concejal de Turismo, Alfonso Solís, que reflejaron a la perfección el carácter que tendría el acto: fresco y emocionante.
Había muchas ganas de innovar, de hacer algo diferente, y la primera novedad llegó con el servicio de platos. Por primera vez no habría bufé libre sino servicio en mesa, y los comensales parecían estar muy a gusto con el cambio. Esto proporcionó a la velada un ambiente distendido y relajado.
El objetivo estaba claro: disfrutar, y nos lo recalcó el alcalde de la ciudad de la música, Ramón Ropero, quien, un año más, traía la misma ilusión y las mismas ganas que los más nuevos.
El cuarteto local Aulus amenizó la velada de una forma única. La complejidad de crear un ambiente gastromusical fue resuelta de la manera más natural y por ello la presentación de cada plato fue armoniosa y hubo mucha coordinación.
Tras “El menú” en los entrantes llegó el primer plato. El pescado tuvo una gran aceptación y la música era fresca para que ambos sentidos, gusto y oído, exprimieran al máximo lo que estaba pasando.
Terminamos unos platos y servimos otros, siempre con una presentación previa sobre la composición de los alimentos y la música que acompaña.
Tradición, nueva cocina y música, así definía el evento el Presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, ya que a la gran tradición que siempre envuelve el entorno taurino se sumaron las últimas novedades de los platos de estos prestigiosos restaurantes de la región.
Con las carnes, los músicos deleitaron con tangos fundamentalmente argentinos. La pasión de estas piezas maridó con el sabor de los segundos platos.
La frescura de este año va acompañada por una gran preparación por parte de todos, hay ganas de hacerlo bien y el resultado es excelente.
Para finalizar la cena, algo dulce: dos maravillosos postres con una música inspirada en los niños. El grupo está a gusto, saben que han hecho una buena simbiosis porque los comensales aplauden y sonríen. Ha sido un gran resultado y la satisfacción es evidente.
Al terminar la cena se da paso a la entrega de premios tanto para los restaurantes como para los músicos y empieza la despedida.
Ahora otro tipo de música para otro tipo de reunión: la orquesta Azul acompañó a los invitados el resto de la noche.
Ya con todo el trabajo hecho los nervios desaparecen, eran nervios en positivo, de los que hacen que las cosas salgan bien, y así ha sido. El objetivo: cumplido, todos disfrutamos de Gastromúsica 2015, la expectativa para el futuro: está latente y en boca de todos una misma opinión: ¡Buen menú, señor!
