Edipo Rey
de Sófocles
Edipo reina en Tebas contando con la veneración del pueblo y el amor de Yocasta, la viuda de Layo, el rey muerto, ahora convertida en su esposa. La ciudad está asolada por numerosos males y sus habitantes acuden a Edipo para que interceda por ellos. Desde Delfos, desde el altar de Apolo llega la noticia, traída por Creonte, que señala a quien mató a Layo como causante de todos los males. Sólo su castigo salvará a Tebas.
Edipo se compromete ante el pueblo con castigar al culpable. Tiresias, el ciego adivino, previene a Edipo y le ruega que mida sus palabras porque su destino está señalado por Apolo. Tras la muerte del rey de Corinto, Pólibo, al que Edipo considera su padre, una terrible verdad llegará hasta el trono de Tebas: Edipo es el causante de la muerte de Layo y Yocasta, la viuda y esposa de Edipo, es realmente su propia madre.
Ante este horror, Yocasta se quita la vida y Edipo ante el cadáver de su madre y esposa, se arranca los ojos desesperado y reclama el castigo que él mismo prometió para el culpable y así salvar a Tebas.