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La inspiración. Ese fenómeno fugaz que sucede sin ser llamado y que existe al margen de toda citación. A su merced con fortuna vive Love of Lesbian, que han convertido su octavo trabajo en una oda a la musa y su ambigüedad; a la fantasía y su contradicción.

Trece temas con un único desarrollo narrativo y estético que tiene como punto de origen la particularidad de cada uno. Un álbum de dobles caras, tentaciones y esperanza; en el que reina el medio tiempo que desde dentro te conmueve. Grabado entre Casa Murada y Blind Records, El Poeta Halley(Warner, 2016) hará de su identidad un viaje circular en el que principio y fin, son compañeros de travesía. Sumarse a él requiere el tiempo que se tarda en hacer la maleta; pero una vez se valida el billete de ida, resulta innecesario pensar en el de vuelta. ‘Planeador’ hará los honores: encantados, Halley Star.

La inestabilidad y la inercia calan en transiciones instrumentales, desarrollos eléctricos; vaivenes de emociones y sonoridades propias de aquellos que anteponen la personalidad de la canción a la convención; la autenticidad y la necesidad de la misma al sentimiento acomplejado. Cimientos y ambiciones sin limitación de tiempo o espacio.

Love of Lesbian son una suma de caracteres que en esta ocasión se resuelve en el encuentro de dos: el choque de fuerzas entre el huracán y el volcán (‘Bajo el volcán’), el deseo que huye de la torre de control (‘Cuando no me ves’), el contraste entre alma y carne (‘IMT’), el ave que no entiende la magia sin mago (‘En busca del mago’)…; y sobre este perpetuo duplo, asoma la verdadera ambigüedad, la definitiva dualidad: los dos polos de uno mismo. El poeta Halley se desliza sobre la atmósfera que sintetizadores y teclados dibujan en forma de escenarios, en los que las líneas de guitarra se convierten en personajes que desarrollan su papel individual en una misma historia. Con Ricky Falkner y Santos&Fluren a los mandos de la producción, se multiplican las texturas y se cotiza el detalle; una consistente base aloja oscilaciones entre la delicadeza del “menos es más” (‘Los males pasajeros’), la épica ambiental (‘Océanos de sed’) y la explosión más descarada (‘El Yin y el Yen’). Amplitud de contenido, respeto al oyente y exigencia; desechado queda cualquier atisbo de vacío porque hasta el silencio forma parte del sonido. Misticismo progresivo; pasar de la palabra a los hechos, de la letra a la canción. La interpretación, fundamental (‘Canción de bruma’); la superación, plena. Love of Lesbian han conseguido en un octavo álbum algo más que sorprender: convertir en agradable la sorpresa. Resolver ‘Psiconautas’ en un colocón musical y hacer del viaje una forma de vida.

Y es esa «vida, imbécil» (‘Contraespionaje’) la que los lesbianos ponen sobre la mesa, sin renunciar al pasado pero no conformándose con el presente. Poniendo fin al relato con el reflejo de quien lo empieza, ‘El ciclo lunar de Halley Star’ y ‘El poeta Halley’. La conversación con uno mismo, la descripción del proceso creativo, la llamada de la inspiración. El éxtasis del juego de palabras, el lenguaje como fiel aliado; y la voz de Joan Manel Serrat que certifica que las palabras se encuentran aunque nadie las esté buscando. Quizá este sea un álbum que requiera esfuerzo, pero la realidad demuestra que solo es capaz de admirar la esencia aquel que la saborea; y ya se sabe que cuando algo no es fácil, siempre merece la pena. (Wilma Lorenzo)