Situado en las inmediaciones de la Vía Metellinum que pasaba por Iulipa (la actual Zalamea) se construyó este singular monumento funerario de casi 24 metros de altura. Posiblemente sea el más importante de sus características en el mundo romano, tanto por su tamaño como por su diseño, y con seguridad el único de la península. Este diseño tiene claras influencias griegas y asirias, civilizaciones donde eran comunes estos dístylos. Su situación original, además de cerca de la calzada romana, lo ubica
en una posible necrópolis romana, ya que se han encontrado lápidas en sus alrededores.
Parece que se erigió en el año 103 en honor al emperador Trajano y como cenotafio de una de sus hijas, aunque este último punto está sin demostrar.
Su aceptable estado de conservación se debe a que formó parte de la fábrica de los muros de la iglesia local, construida en el S.XVI. En esta situación se mantuvo hasta el año 1961, en que se "extrajo" y se restauró en su localización actual, gracias a los arquitectos Menéndez-Pidal y García Bellido.
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