El Museo de Bellas Artes de Badajoz viene desarrollando en su programación de actividades desde hace varios años, además de sus exposiciones temporales, otros proyectos como el llamado “Obra de Almacén”, en el que el museo muestra al público obras que habitualmente se encuentran guardadas en la pinacoteca provincial.

Detalla Miguel Ruíz, diputado-delegado del Área de Cultura de la Diputación de Badajoz, que “son proyectos importantes en sí mismos por los objetivos que pretenden cada uno de ellos, por sus atractivos contenidos y porque son demostrativos de la diversidad de actividades y planteamientos que se pueden desarrollar y se desarrollan en este museo”.

En este sentido, la muestra que se ha presentado esta mañana se caracteriza por su bajo coste, “puesto que se trata de obras almacenadas en el mismo museo, lo que no es poco en los tiempos y las circunstancias actuales”, contempla el diputado provincial. Además, se trata de una iniciativa que no necesita de grandes espacios expositivos, de los que actualmente carece el MUBA, y porque es una ocasión para ver algo nuevo y de calidad artística merecedora de su exhibición pública. Esta nueva exposición estará abierta al público hasta el próximo 25 de abril.

Advierte Miguel Ruíz de la oportunidad que suponen los contenidos de este proyecto que muestra tres esculturas de Cristo coincidiendo con este tiempo de Semana Santa, en el que se recuerda su pasión, muerte y resurrección.

Son tres representaciones hechas por tres artistas diferentes, Pedro Torre Isunza, Domingo Nieto y Guillermo Silveira, que utilizando materiales diversos, bronce, yeso y aglomerado de polvo de mármol respectivamente, presentan la figura de Cristo en tres iconografías, un Crucificado, un Yacente y un Cristo Redentor.

Los textos del catálogo han sido elaborados por la conservadora del MUBA, Mª Teresa Rodríguez Prieto.

Román Hernández, director del museo, explica que el proyecto “Obra de Almacén” ofrece la oportunidad de realizar importantes restauraciones de las obras que se presentan al público y que hasta entonces son desconocidas. En este caso, se ha efectuado una valiosa labor, sobre todo en el Cristo Yacente, por parte del equipo de restauradores de la pinacoteca.

Pedro Torre Isunza esculpió el “Crucificado”1(73 x 150 x 37 centímetros)  en bronce y fechado alrededor de 1931. El legado de Torre Isunza en el MUBA se fundamenta en la donación que el propio artista realiza en 1979 y que posteriormente completa su viuda en 1986, formando parte esta pieza del grupo entregado en segundo lugar. De estilo arcaizante, sobre todo en el tratamiento del cabello, las formas sintéticas y el rostro de dolor contenido definen la expresión de esta escultura.

También de 1931 corresponde el “Cristo Yacente” (175 x 62 x 25 centímetros) del barcarroteño Saturnino Domínguez Nieto, que aparece documentado por primera vez en el catálogo del Museo Provincial de 1934 realizado por Adelardo Covarsí. Se trata de un envío de pensionado, ya que el escultor se encuentra por esas fechas realizando sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de Madrid becado por la Diputación de Badajoz. A pesar de tratarse de un modelo en yeso desprovisto de policromía, la pieza se caracteriza por el patetismo verista de la representación que encuentra sus raíces en la escultura del Siglo de Oro español. El Cristo presenta un vaporoso sudario que recorre en diagonal el cuerpo del yacente hasta cubrir la mitad de su rostro.

La tercera de las obras, el “Cristo Redentor”, es un boceto de aglomerado de povo de mármol de 105 x 100 x 36 centímetros. Tras la realización en 1960 de la obra religiosa de la Virgen de los Ángeles, ubicada en la Puerta de Palmas de la capital pacense, Silveira esculpió dos años después varios bocetos para un Cristo Redentor, posiblemente proyectado para su ubicación en la zona del Cerro Gordo de Badajoz. Esta obra no llegó a hacerse realidad pero sí se conserva en el MUBA este boceto escultórico donado en la década de los ochenta del siglo XX. La pieza desvela aspectos expresionistas, tanto en el rostro como en la articulación de las formas corporales, así como la escultura sintética que el artista quiso proporcionar a esta pieza destinada a un espacio público y que son propias de su habitual ejecución figurativa.

El acceso a la exposición debe hacerse por la calle Meléndez Valdés, 36 en el siguiente horario: de 10 a 14 horas, de martes a domingo, ambos inclusive; y de 17 a 19 horas, de martes a viernes. Festivos y puentes abierto. Lunes no festivo, cerrado.