Extremadura declara la Fiesta del Árbol de Villanueva de la Sierra Bien de Interés Cultural

“La ‘Fiesta del Árbol’ merece ser reconocida como Bien de Interés Cultural por constituir un rico patrimonio que legitima la petición por su antigüedad y continuidad, ya que se celebra de manera prácticamente ininterrumpida desde 1805; porque su origen se vincula a los Árboles de la Libertad y por ser la primera de las Fiestas en la que se muestra una preocupación cierta la conservación del medio ambiente y por la educación ambiental, tal y como se ha reconocido a nivel internacional”, recoge el DOE.

Con esta declaración como BIC, se reconoce a la Fiesta del Árbol como un elemento indisoluble del patrimonio cultural de esta localidad de Sierra de Gata y resaltando dos de sus aspectos fundamentales: el cultural y antropológico como festividad arraigada a la tradición y a la identidad como pueblo, subrayando su vinculación a los árboles de la libertad y el del respeto medioambiental.

“Para la antropología social, las fiestas, rituales y celebraciones de diversa índole albergan dimensiones de significado muy ricas, pues nos remiten a las identidades de los colectivos, a la reproducción de sus estructuras sociales y económicas y a la propia generación de autoestima colectiva.

La Fiesta del Árbol de Villanueva de la Sierra se incluye, por derecho propio, en las primeras acciones de concienciación acerca de los problemas del entorno natural”, recoge el DOE, mencionando igualmente que el pensamiento ecologista no arraiga hasta bien entrado el siglo XX y la fiesta se celebra incluso antes de que comenzara la Guerra de la Independencia.

Del mismo modo, hay que señalar que la Fiesta del Árbol de Villanueva de la Sierra es un hecho pionero en lo que respecta a la toma de conciencia conservacionista pero también en lo asociado con la educación ambiental.

ORÍGENES

Los inicios de esta fiesta se remontan al 26 de febrero de 1805. En ese Martes de Carnaval se realizó en esta localidad cacereña una plantación de álamos en las zonas del Ejido y Fuente de la Mora, a la que fueron convocados párrocos y alcaldes. En la plantación, realizada por niños y niñas de la escuela en una celebración de carácter festivo que se prolongó tres días, participaron todos los vecinos y así venía recogido en el Semanario de Agricultura y Artes en octubre de ese mismo año.

Según informes recogidos en la época, uno de los árboles plantados fue denominado como “Árbol de la Libertad”, lo que lleva a diversos historiadores a sostener la conexión entre este acto y la fiesta francesa e ilustrada del Árbol de la Libertad.

Desde entonces, y de manera casi ininterrumpida, excepto durante la Guerra de la Independencia y la Guerra Civil, cada Martes de Carnaval esta localidad de la Sierra de Gata rinde homenaje al árbol con la plantación de encinas, robles, alcornoques, castaños o abedules, entre otros, sin olvidar el olivo, símbolo de paz y que forma parte de la identidad de la localidad y la comarca.

Además, estas plantaciones se han ido realizando en diversos emplazamientos de la localidad, lo que confiere una mayor amplitud a la celebración. De este modo, la dehesa boyal de El Carrascal, la Fuente de la Mora, el Parque de los Lagares o el De los Ausentes, las Eras, la sierra de Dios Padre o el Bardal, han sido algunos de los lugares elegidos.