El Ayuntamiento de Acehúche ya trabaja para que Las Carantoñas sean Fiesta de Interés Turístico Nacional

Se dice que el mes de enero comienza en Acehúche con olor a romero y a pieles, y es que el día de San Sebastián se acerca y las Carantoñas van despertando para ir en busca del Santo, de San Sebastián, para rendirse ante él entre carantoñas y bailes. Es la Fiesta de Interés Turístico Regional conocida como Las Carantoñas de Acehúche, que se celebra del 19 al 21 de enero, y que ha presentado este martes el diputado de Desarrollo y Turismo Sostenible, Fernando Grande Cano.

Una fiesta, ha apuntado Grande Cano, “que es una seña de identidad de todo el municipio, de los hombres y mujeres que han sabido mantener esta tradición y convertirla en un hito, en un referente en la provincia”. De ahí, ha dicho, “el decidido apoyo de esta Institución, que en los presupuestos actuales recoge una partida destinada a las Fiestas de Interés Turístico de la provincia, ya sean regional, nacional o internacional”.

Precisamente, la alcaldesa de la localidad, Obdulia Bueso, ha anunciado que ya se está trabajando para conseguir el reconocimiento de Las Carantoñas como Fiesta de Interés Turístico Nacional, coincidiendo con este año que cumple los 30 de Fiesta de Interés Turístico Regional. Bueso asegura que ya se ha acreditado gran parte de los requisitos que se exigen como la antigüedad, el arraigo cultural, la participación ciudadana o el atractivo turístico, entre otros, por lo que espera conseguirlo. En este sentido, el cronista oficial de Acehúche, Salvador Calvo, ha destacado que el origen de esta fiesta se sitúa en el siglo II después de Cristo, lo que le da un valor incalculable, además de que enlaza con una tradición mediterránea en la que se tendía a disfrazarse de bestias.

Las Carantoñas

Cuenta la leyenda que San Sebastián fue asaetado y atado a un árbol en el Monte Palatino por no querer renunciar al Cristianismo. Allí, se esperaba que fuera devorado por las bestias, pero en lugar de ello, los animales percibieron su santidad y lo adoraron, danzando a sus pies y haciéndole caricias y carantoñas.

Así, hoy, las Carantoñas, que en esta edición serán más de 50, son hombres cubiertos con pieles de animales y con la cabeza cubierta con una máscara también de pieles y frutos. Portan en sus manos un ramo seco de acehúche con el que espantan a quien quiera acercarse al Santo. Generalmente, el motivo que lleva a un acehuceño a vestirse de Carantoña es una promesa y un agradecimiento al Santo.

Otros protagonistas de la fiesta

Los mayordomos y sus familias son claves también en estas fiestas porque son los que echan la “loa” al Santo, pidiendo y rogando por algún problema que les aqueje, y son los encargados de lo que se llama “regar el romero”, es decir, extender por las calles el romero que los mozos han recogido el día anterior.

Las “regaoras” o “patanas” son las mozas del pueblo ataviadas con el traje típico de “bayeta”. Su función es escoltar la imagen del Santo durante la procesión, regándolo de confetis.

Los “tiraores” son jóvenes armados con escopetas de cartuchos, que esperan al Santo a la salida de la iglesia, y en cada una de las bocacalles y esquinas por donde ha de pasar la procesión, disparando al unísono, a modo de salvas.

El Tamborilero recorre las calles acompañado de vecinos y vecinas del pueblo. Su música acompañará también la procesión del Santo.

La “Vaca-Tora” es una de las Carantoñas que se coloca unas varas cubiertas por una manta dejando asomar unos largos cuernos de vaca. Lleva colgado un descomunal cencerro y su misión es dar por finalizada la fiestas, asustando a las Carantoñas y dispersándolas entre carreras y jolgorio en el que participan todos los asistentes.