La muestra persigue, por injusto, no dejar de lado la memoria de los vencidos, muchos de ellos fusilados y enterrados apresuradamente en cunetas, antiguas minas o simplemente fosas comunes. En los primeros años de la democracia en España, muchos alcaldes democráticos dignificaron esa memoria exhumando fosas y acondicionando espacios en los cementerios, como fue el caso de la ciudad, Badajoz por iniciativa del que fuera su alcalde, Manuel Rojas.