Triunfa el estribillo de “La Mascarada”: “Y al que le pique, que se arrasque”

Ya han pasado diecisiete años desde aquel año 2000 en el que el concurso se celebraba aún en la carpa municipal y los murgueros de “La Mascarada” se quedaron al desnudo en su función como “The Boxers”.  Este año llegan como piojos, “¡y al que le pique, que se arrasque!”.

A picar han ido ellos cuando han intentado explicar por qué decidieron ausentarse del concurso un año. Por la envidia, por las críticas en redes sociales de una forma que no se asemeja a lo que el carnaval transmite, por el plagio, por la prensa y por el jurado.

En su segundo pasodoble el ambiente se relaja cuando se dirigen al público, a sus familias y a su Almendralejo. Ellos solo piden que se respeten todas las actuaciones, que no queden butacas vacías tras una murga y que se respete la esencia carnavalera. Cantan a la educación, a unos padres que dejan en manos de la televisión a sus hijos. Cantan a los medios pues, con fornidas críticas a programas basura y a sus participantes.

Tampoco han olvidado los temas estrellas de este 2017. La crítica nacional ha pasado de cabeza en cabeza con sus piojos en el popurrí, dónde han parado a hacerle una visita a Pablo Iglesias, a Pedro Sánchez, y hasta han bajado al vacío de Cristina Pedroche, pero ha llegado su novio y ahí se han enredado todos. “¡Claro que sí guapi, to para ti, to para ti!, cantaban al primo, que se había quedado allí. Y es que estos piojos han venido para quedarse, para elogiar al carnaval, para afirmar rotundamente: “¡yo no me voy de aquí!” “¡y al que le pique, que se arrasque!”.