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Nuestras joyas son fetiches, amuletos, preciosos o únicos. Por el uso, el color se va perdiendo y las piedras se rayan. ¿Qué se puede hacer para que no se estropeen ni se ennegrezcan con el paso del tiempo? He aquí algunos consejos para cuidarlas y darles una nueva vida.
Día a día: Piensa en quitártelas cuando vayas a entrar en contacto con agua o con una fuente de calor intensa. Hazlo también en la playa, para evitar sorpresas desagradables como una piedra más pálida, blanqueada por sol... Ten cuidado cuando hagas
deporte, ya que los golpes pueden estropear los metales y las piedras.
Un pequeño consejo: para acabar con los choques, ponte sólo un anillo por dedo.
Conservar joyas de metal
- Plata
La plata es un metal menos denso que el oro o el platino, más blando. Por lo tanto, se raya con mucha facilidad. Pero, sobre todo, se oxida si no está cubierta de rodio. Lo ideal es pulirla una vez al año, la mayoría de las personas que lleva plata la aprecia justamente por su aspecto brillante.
- Oro
El oro amarillo no cambia de color, sólo pierde brillo. Para evitarlo, sólo hay que pulirlo. La frecuencia depende del tipo de joya: un colgante se estropea mucho menos que un anillo o una pulsera. El oro blanco también necesita una capa de rodio, ya que tiende a agrisarse con el paso del tiempo y el desgaste. En este caso, sólo hay que hacerle un baño de rodio y pulirlo.
- El platino
El platino, por su gran dureza, no se utiliza del mismo modo que el oro y la plata. Incluso se le considera indestructible y su color blanco no cambia. Sin embargo, paradójicamente, se pica con los golpes. Así pues, si quieres conservar tu joya impecable, ten cuidado y quítatela al mínimo esfuerzo.
Consejos para un cuidado casero:
Para el oro y el platino:
Evita el amoníaco, la tintura de yodo y el mercurio. Simplemente limpia tus joyas con agua y jabón o con alcohol.
Para la plata:
Límpialas con un cepillo suave y un poco de agua jabonosa o zumo de limón. Acláralas con agua caliente. Ahora sólo te queda darles un poco de brillo con una gamuza. Si están sucias, sumérgelas durante 15 minutos en agua con hiposulfito de sosa al 5%. También puedes elaborar tú misma la poción, con agua, lavavajillas desengrasante y un poco de lejía, que es más corrosiva con la suciedad.
Atención: nunca utilices disolvente, productos abrasivos ni productos de limpieza de cubiertos de plata, ya que estropean las joyas más rápido. Tampoco utilices estropajos. ¡Sólo un tejido suave!
Conservar joyas con piedras
En primer lugar, mira si la piedra tiene alguna raya, para saber si la puedes limpiar con normalidad o si necesita un cuidado especial. En general, se limpian con agua jabonosa y un paño suave, y se secan con un trapo suave. Para conseguir un brillo excepcional, se pueden mojar con alcohol.
El diamante, el rubí y el zafiro
El diamante es la piedra más dura y sólo puede rayarse con otro diamante. No obstante, su brillo puede disminuir si entra en contacto con sustancias abrasivas. Ten cuidado con ponerlo con otras piedras, ya que las puede estropear fácilmente. Ocurre lo mismo con el rubí y el zafiro.
La esmeralda
Es la piedra preciosa más delicada. Evita exponerla al sol y el contacto con productos detergentes. Es muy sensible a los cambios térmicos, ¡así que guárdala si vas a esquiar! Prohibido: agua y jabón para limpiarla. Pide consejo a tu joyero.
Las perlas¡Son vivas y pueden durar más de cien años! Su brillo se conserva con el aire y la epidermis. Resisten bastante bien los golpes, pero su superficie puede alterarse porque es porosa.
Las perlas de cultivo necesitan un cuidado especial. Pueden estropearse con las sales de la piel, pero sobre todo con aceite. No es aconsejable ponerlas en contacto con cremas,
maquillaje,
perfume ni otros productos demasiado ácidos. Hay que secarlas con un paño de seda o muy suave.
El alga marina
Es una piedra sensible a los golpes, al calor intenso y los cambios bruscos de temperatura.
Requiere una limpieza con agua jabonosa tibia, sin frotar; y un aclarado con agua tibia.
La amatista
La amatista no es frágil, pero es sensible al calor intenso y a los cambios bruscos de temperatura.
El granate y la turmalina
Estas dos piedras no exigen un cuidado espacial.
La piedra de la luna
Es una piedra vulnerable, susceptible de marcarse por el efecto de un golpe. Se limpia con agua tibia sin frotar, y se aclara con agua tibia.
El topacio
El topacio es una piedra resistente pero susceptible de marcarse en caso de impacto violento. Es sensible a los choques térmicos. Se limpia con agua jabonosa tibia, sin frotar; y se aclara con agua tibia.
Guardar tus joyas sin peligro de que se estropeen
La regla principal es colocar cada una de tus joyas en una bolsita para guardarlas en tu joyero sin que se rocen unas con otras. También puedes envolverlas en pañuelos de seda o de piel para protegerlas. Las cadenas y collares deben estar cerrados, colocados planos y envueltos. Nunca se deben poner juntas varias joyas sin protección. En un viaje, un simple trozo de papel de seda basta para envolverlas.(enfemenino)