¿Por qué nos suben la luz?.

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    En contables ocasiones os habréis preguntado por qué sube la luz cada poco tiempo. En Cambio Energético vamos a intentar responderos a esta cuestión del modo más sencillo y objetivo, si ello es posible cuando tantos factores inciden en el precio de nuestra factura eléctrica.

     

    El motivo principal es que nuestro país es un productor muy poco intensivo e ineficiente de energía eléctrica. Consumimos más que producimos. Y al no poder cubrir todas nuestras necesidades energéticas nos vemos obligados a acudir a mercados exteriores. Dependemos de la energía generada por otros productores, lo que generalmente no nos permite llevar a cabo “una buena compra”.

     

    Esta mala gestión de nuestra cesta de la compra eléctrica se debe a que lo que producimos no es sólo no es suficiente, sino que además nos sale un poco más caro que al resto de productores. De tal forma que cuando acudimos al amparo del mercado eléctrico de otros productores de energía europeos, que no son muchos, estos toman como referencia base los precios del mercado español, ya de por sí desajustados.

     

    Otros de los motivos responden a la falta de competitividad y transparencia en el mercado eléctrico de nuestro país (algo que es conocido por todos) y el escaso número de operadores eléctricos. Nuestro mercado está liberalizado, sí, pero siguen siendo los mismos. En esencia estamos hablando de un oligopolio, un sistema donde, para que nos entendamos, muy pocas empresas deciden cómo se reparten los costes y los beneficios de la comercialización de la luz, formulan los intereses económicos derivados de la energía e imponen su modelo de gestión a ciudadanos y administraciones. Esto conlleva además barreras al acceso: impiden que otros operadores ingresen en nuestro mercado y ofrezcan energía bajo modelos de producción y comercialización más eficientes (y, de este modo, una luz más barata). 

     

    Pero ocurre que en ocasiones no muestran ser tan colaborativas entre ellas, lo que supone un problema aún mayor. La energía que compran las compañías eléctricas implantadas en nuestro país para poder afrontar la demanda de sus clientes cuando ellas mismas no pueden cubrirla por completo se lleva a cabo a mediante un sistema de subastas entre los operadores. Al tratarse de un pequeño número de grandes eléctricas, todas luchan por no perder su capacidad de compra de suministro, lo que hace subir la puja, encarece la luz y beneficia a los vendedores externos. Debemos tener en cuenta que para los países vendedores de energía eléctrica ésta también representa un recurso necesario para su población y tratan de sacar el mayor provecho económico posible de cualquier venta al exterior para afrontar sus propias compras externas en caso de necesidad o crisis energética que pudiera afectarles.

     

    Fuente e infografía: Fuente e infografía: "El País"

     

    Por último, otro de los importantes pilares sobre las que se apoya las subidas de la factura de la luz es que nuestros productores se han desenvuelto históricamente al margen de toda lógica de mercado. Debido a su dependencia de compra de suministro eléctrico, las compañías se han visto obligadas a facturarnos el coste de la luz en función de lo que les cuesta a ella, en función de la tarifa de la puja. Y este coste por último se transmite al consumidor. Tradicionalmente gran parte de esta transmisión del coste de la tarifa de compra la asumía el Estado como política social cuando las cosas iban bien (o incluso mal); de ahí que a lo largo de lo que llevamos de siglo se ha generado y se viene arrastrando una deuda pendiente que se ha acordado en llamar déficit tarifario eléctrico.

     

    Ahora nos encontramos ante una situación delicada porque: a) el Estado no puede afrontar el pago del déficit histórico tarifario, su deuda eléctrica; b) aunque pudiera, la legislación europea no se lo permitiría o afrontaría fuertes multas, pues alteraría el orden de la libre competencia del mercado y c) las compañías no pueden reducir más su margen de beneficio ya que cerca de la mitad de nuestra facturación eléctrica va a destinada a conceptos de impuestos, pago aplazado de la deuda estructural tarifaria y penalizaciones de Bruselas por sanciones por falta de regulación de nuestro sector eléctrico.

     

    La luz seguirá subiendo inevitablemente a lo largo de los próximos semestres aunque con porcentajes menos agresivos a los de enero de 2014 porque estos costes deben ser asumidos para no comprometer el sistema eléctrico español, tal y como ya ocurrió con el sistema bancario. Asumir la subida es la solución menos mala. La única opción posible para que los consumidores eludan las subidas es coger la calculadora, hacer números y optar por las energías renovables de autoconsumo eléctrico.

     

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