El domingo, por la tarde, estuve viendo por segunda vez una película diferente: El Guerrero Pacífico, basada en la novela de Dan Millman. Es la historia de un joven deportista que encuentra en un misterioso mentor (Nick Nolte) la oportunidad de hacerse preguntas que le cambian la forma de ver y enfrentar la vida.
Este joven entiende que la verdadera meta es la vida y el modo de vivirla. Todo lo demás es un entrenamiento. Ese entrenamiento es mental, corporal, emocional, de nutrición, etc. y lleva toda una vida dominarlo. Incluso los momentos difíciles forman parte de dicho entrenamiento, en la medida que los integremos a nuestro plan.
Ver: https://www.youtube.com/watch?v=cULiOAc73DA
Hoy quiero compartir 5 hábitos que observé en la historia y pueden ayudarte a crecer personal y profesionalmente. Su práctica te puede ayudar a “vivir en el presente” sin perderte en el pasado o el futuro. Y eso da felicidad.
1. Sacar la basura de la mente. Basura es todo aquel pensamiento que distrae de lo único que realmente importa: aquí y ahora. Cuando por fin logramos vivir el presente, nos sorprenderemos de todo lo que podemos hacer y lo bien que lo haremos. El pasado o el futuro no existen. No hay que pararse a pensar, sólo hacerlo.
Tener un mantra. En ocasiones donde uno necesite estar centrado viviendo el presente, puede ser muy útil repetir un mantra de modo silencioso y calmado. Podría ser éste:
¿Dónde estoy? Aquí
¿Qué hora es? Ahora
¿Qué soy? Este momento
2. Apreciar la vida tal como es. No existen momentos ordinarios. Todo momento es extraordinario. Siempre ocurre algo. La belleza es disfrutar del recorrido, estando consciente de cada respiración. Si ella se detiene dejamos de existir. Así también cuando dejamos de apreciar cada detalle de nuestra existencia.
3. Hacerse responsable. Cada acción tiene su precio y su placer. Al reconocer ambas partes aumenta el realismo y la responsabilidad. Podemos elegir ser víctima o protagonista de los eventos aparentemente desafortunados. Si elegimos actuar y hacer algo al respecto, ya no somos víctimas. Podemos elegir, siempre.
4. Dejar que las emociones ocupen su lugar. Las aceptamos y valoramos pero no permitimos que nos gobiernen. Por ejemplo, el orgullo puede ser nuestra perdición, sobretodo cuando tenemos éxito o confiamos demasiado en nuestras capacidades.
5. Descubrir aquello por lo que vivimos. Así conseguiremos valorar cada cosa en su justa medida. Y podemos ver a la muerte no con tristeza sino con alegría porque lo realmente triste no es que la gente muera sino que no sepa vivir. Es bueno estar despierto ante la oportunidad de desperdiciar la vida por creer que tenemos un destino que ha de cumplirse pase lo que pase. La adaptación y el aprendizaje en cada etapa de la vida es una de las claves.
Cuando nos hacemos las preguntas correctas, aparecen las oportunidades y las respuestas para nuestra vida. Cuando no buscamos responder lo que los demás quieren que respondamos, se abren nuevas posibilidades. El Coaching ayuda a las personas a encontrar sus propias preguntas y a vivir la vida que les pertenece, practicando sus propias respuestas. Esta búsqueda es interior: Es donde realmente vale la pena buscar.