Disfrutando de cebas de cortejo y vuelos juveniles de paseriformes.
En estos días, las dehesas que bordean el Alcarrache a la altura de Higuera de Vargas rebosan de esplendor, no solo visual, también sonoro. Los pinzones se entregan a su explosivo canto como si hoy comenzase la primavera en la dehesa. Las corrientes de las orillas compiten con Carriceros tordales y Ruiseñores en musicales decibelios... VER ARTÍCULO COMPLETO http://web.dip-badajoz.es/proyectos/guadiana_internacional/post.php?txt=155513