Si no lo hubiera intentado me hubiera arrepentido de no haberlo hecho. Siempre digo que hay que arrepentirse de lo que uno hace no de lo que no ha hecho. Después de diez años liderando un negocio la crisis ha llegado a mí. Comienzan los impagos, las devoluciones, los cierres de las líneas de crédito,...el crack.
Comienzan las noches sin dormir, los nervios, el mal humor, la inquietud y el verlo todo de color negro. Negro muy negro. Quedo con un antiguo cliente que ha pasado por una situación mucho más extrema que la mía, lo ha perdido todo. A sus 54 años se encuentra que no tiene nada, que los bancos se lo han llevado todo. Y me dice..."pronto podrás pensar mejor, ahora ni tan siquiera puedes pensar, los árboles no te dejan ver el bosque", "ahora centrarás tus energías en otra cosa".
Mes de agosto, vuelvo a mi Extremadura natal y decido no coger el móvil, ni a proveedores, ni a clientes, ni a bancos, sólo a los más cercanos y dedico el mes a descansar y a pensar que hacer de nuevo con mi vida. Llego a pensar que soy masoca porque aún no salgo de un muerto y pienso en volver a emprender y me pregunto: ¿Es que los emprendedores tenemos una vena innata que nos hace ser así?
Agosto termina y hay que volver a la realidad, a enfrentarse con el problema y a tomar decisiones de nuevo y ahora las decisiones deben ser drásticas.
Septiembre, junto con mi gestor buscamos una solución al problema, drástica pero no la más. Mi empresa pasará a manos de otro empresario que asume las deudas no bancarias; esas me las tengo que comer yo. Paso siguiente.....hipotecar de nuevo mi vivienda.
Estoy en esa fase, en la fase de hipotecar para pagar algo que ya no voy a tener y que no me va a producir beneficio. Tengo otra empresa, en la que ahora he puesto todas mis energías y en la que en un periodo corto de tiempo ha mejorado su resultado.
Pero aún, con la casa hipotecada sigo pensando en emprender de nuevo. Todos los días en mi cabeza rondan posibles negocios. ¿ESTARE UN POCO LOCA?
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