La semana pasada, durante la inauguración del Salón del Vino y la Aceituna, se recordó la figura de un reconocido y querido representante del sector de la olivocultura, Francisco Muñoz Peral.  Paco, que en la foto se lo ve acompañado de su esposa Ana, era el propietario de la empresa Aceitunera del Guadiana y uno de los pioneros y promotores de la exportación del producto en Extremadura.

En el discurso inicial, el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, lo describió como un modelo de perseverancia y coraje. Además, se guardó un minuto de silencio en su recuerdo.

Nacido en el pueblo de Dos Hermanas, en Sevilla, Paco se crió en una familia con tradición en el campo de la aceituna. De pequeño se mudó junto a su familia a Almendralejo, Extremadura, donde afianzaron un trabajo desarrollado durante generaciones.
A mediados de los años '60, Paco decidió abandonar el negocio familiar y empezar por su cuenta. Así, fundó Aceitunera del Guadiana, empresa histórica en el sector.

Desde el comienzo, fue uno de los impulsores de la creación de asociaciones para mejorar la actividad en la región y fue parte de las primeras exportaciones  que se hicieron desde España a los Estados Unidos. A principios de los '80, creó Expor Oliva, una asociación empresarial para poder exportar al extranjero. El rol de Paco y esta nueva institución fue muy importante para los extremeños.

"Como fundador, fue copartícipe en romper el monopolio de Sevilla para exportar aceitunas. Antes había que venderle a los sevillanos para poder exportar al extranjero, no se lo podía hacer directamente desde Extremadura. Se comenzó vendiendo a Norteamérica, para luego hacer llegar el producto a muchos países del mundo, en todos los continentes, menos el africano", explicó a Extremadura.com su hijo Carlos, quien ahora es uno de los responsables de los destinos de la Aceitunera del Guadiana.

A lo largo de los años, su padre fue reconocido por su intensa labor y sacrificio en pos del sector. Paco recibió el premio Aceituna de Oro y su aceitunera fue consagrada la mejor empresa extremeña del año 2006.

"Mi padre ha dejado una gran tradición familiar en sus hijos, una continuidad en el negocio de la olivocultura orientada al comercio exterior, que lleva ya cuatro generaciones. Es por eso que ha obtenido el reconocimiento de toda Extremadura como pionero en la exportación de aceitunas", expresó Carlos y agregó que le gustaría que a Paco lo reconocieran como a una persona que rompió barreras. "Antes, las dificultades eran máximas para comenzar a exportar y comerciar. Aquel que hace por primera vez algo encuentra más obstáculos por parte de la administración y él tiene el mérito de haber podido superar eso", concluyó su hijo.

Hoy, sus nietos lo recuerdan como un incansable amigo de las adversidades y amante de la perfección. Un hombre cuya inquietud, fuerza y carácter hicieron realidad lo que a principios de los 60, cuando Paco comenzó con la empresa, no era más que un sueño.