Descubriendo el Tajo Internacional III: Marvão, nuestro tercer destino | Icono_impresora1

10.12.10 - 12.59 - por: Extremadura.com / Redacción 2

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Anteúltima crónica de la visita al Parque Natural Tajo Internacional, con imágenes exclusivas de Extremadura.com

Luego de andar por Alcántara y Brozas, Extremadura.com hizo una tercera parada en el Parque Natural Tajo Internacional, esta vez en el municipio portugués de Marvão, del otro lado del río.

Para llegar a la localidad medieval de unos 600 habitantes desde Brozas hay que tomar la N-521, pasar por Valencia de Alcántara, cruzar la frontera, el río que le da nombre al parque y, luego de unos seis kilómetros por la N-246-1, se arriba a Marvão.

Este pueblo de fortaleza es parte del distrito de Portalegre, región Alentejo y subregión del Alto Alentejo. El municipio al que pertenece, en total, tiene algo más de 4000 habitantes. En el último siglo su época de mayor esplendor demográfico fue en los años 60, con casi el doble de la actual población.

La región, de uno 155 km², limita al norte y al este con España, al sur y al oeste con el municipio de Portalegre y al noroeste con Castelo de Vide.

 

El nombre se lo debe a Ibn Marwan al-Yil'liqui, conocido como 'El Gallego', quien fuera líder de un movimento sufista del Al-Ándalus. Este movimiento se alzó en armas contra los emires de Córdoba y creó el reino de Badajoz, hasta la instauración del Califato de Córdoba en 931.

Pero también Marvão es conocido hace siglos como 'El nido de las águilas', ya que fue levantada a más de ochocientos metros de altura sobre una de las cumbres de la sierra de São Mamede. Para llegar a ella y poder observar los valles y las dehesas desde allí es necesario primero atravesar unos caminos de curvas.

Una vez arriba, la villa se muestra blanca, empedrada, irregular, medieval en todo su esplendor. Está protegida por murallas oscuras, desde las que se abren baluartes, matacanes y garitas.

Marvão fue fundada por árabes, pero ya por 1160 Alfonso Henriques conquistó la zona para los escudos cristianos y más de un siglo después, en 1299, don Dinis mandó a construir su altivo castillo.

A la entrada del pueblo, fuera de las murallas, se encuentra el convento gótico de Nossa Senhora da Estrela. En la Praça do Pelourinho, un poco más arriba, existe una columna labrada desde la que en otro tiempo se leían edictos y se ajusticiaba a reos. Sobre la plaza están los antiguos Paços do Concelho, la Priçao y la Torre do Relógio.

 

La iglesia de Santa María se encuentra en la calle del Espírito Santo, que sube hacia el castillo. Su construcción se realizó entre fines del siglo XIII y el XVII. El interior hoy acoge al Museo Municipal, que expone piedras megalíticas, útiles prehistóricos, enseres romanos y piezas cartográficas de la villa y la comarca. La iglesia de Santiago, en cambio, data del siglo XV. Tiene una luminosa fachada y puerta de estilo gótico.

Por las calles empedradas, más arriba, se encuentra el famoso castillo, que, junto a las maravillas naturales del Tajo Internacional, es la perla que cualquier visitante no debe dejar de ver.

Luego de una jornada de historia de fortalezas protuguesas, nos dirigimos a nuestra última parada, la encantadora Valencia de Alcántara.

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Tema: Actualidad