TÉCNICAS PARA EL CULTIVO DE LOS BONSÁIS.

  • Técnicas para el cultivo de los Bonsáis

    Para poder aplicar las técnicas del bonsái, hay que prestar mucha atención al tipo de árbol que vamos utilizar para realizar el bonsái, y a eso sumarle las características del clima, riego y temperaturas que necesitan. Para mantener un buen bonsái, se deben tomar ciertas medidas. Con respecto al riego, si vemos signos de que se empieza a secar la superficie, debemos aplicarle la cantidad de agua necesaria hasta que drene por los agujeros de la maceta. Generalmente suele secarse apenas comienzan a elevarse las temperaturas, por eso hay que tomar muchas precauciones en esa época del año. Si notamos que el agua no llega a penetrar en el suelo de la maceta, se debe sumergir la misma durante unos minutos en agua para que de esta manera pueda penetrar el agua e hidratar el bonsái.

     


     

    Este método solo debe utilizarse en el caso de que el árbol ya se encuentre en un estado preocupante. Ahora bien en el momento de podar a nuestro pequeño árbol, debemos tener en cuenta ciertas medidas y recomendaciones. 

     

    Primero, hay tres tipos de podas para el bonsái, la primera es drástica o de formación, la segunda de mantenimiento o pinzado y la tercera se llama poda de raíces. La poda de mantenimiento, se trata de aquella que hacemos de a poco, y con mucho cuidado, para ir dándole la forma que queremos darle al bonsái. Esta se hace quitando las hojas que estén en peor estado o quitando aquellas que están más superficiales, podar las ramas que vayan hacia el centro o crezcan mal orientadas, y así sucesivamente. Por el contrario la poda de formación o drástica, es la cual, se hace desde un comienzo para darle la forma que va a empezar a tomar. Se hacen cortes profundos en el árbol y en su tronco, para acomodar su contextura a la imagen que queremos darle. Y por último nos queda la poda de raíces, esta consiste en cada vez que trasplantemos nuestro Bonsái ir quitando las raíces más gruesas y mal orientadas para formar un cepellón uniforme y compacto, pero esta poda la veremos mejor cuándo veamos el trasplante.

     

     

     

     

    El trasplante de estos arbolitos, se debe realizar cuando la tierra ya no logra aportar los nutrientes necesarios. Esto generalmente se hace cada 3 o 4 años desde que están con la misma tierra en los Bonsáis de hoja perenne, y cada 2 años en Bonsáis de hoja caduca. Para trasplantar el bonsái, se debe hacer en época primaveral, ya que es en la estación en la que el árbol esta con mayor vitalidad, excepto en casos especiales o urgentes, como puede ser pudrimiento de raíces y algún tipo de arbolitos que requieran otra época de trasplante. Para esto se debe retirar la tierra de las raíces con sumo cuidado para no dañar las mismas.

    Un agregado que se le puede hacer a los bonsái, y que generalmente es utilizado es, la aplicación de musgos, que le brindan la posibilidad de poder conservar por más tiempo la humedad, en especial en época de altas temperaturas. Los bonsáis se pueden clasificar según el tamaño y el estilo. Dentro de la clasificación por tamaño, encontramos el Chocan (tronco recto y forma triangular de la copa), Sacan (el cual tiene el tronco inclinado y su copa triangular), Han Kengai (la copa en forma de cascada) y el Neagari (el cual tiene las raíces expuestas al exterior, con el tronco sin ninguna forma específica), etc. Dentro de la clasificación por el tamaño encontramos, el Shito (no mayor a cinco centímetros), el Mame (de cinco a quince centímetros de altura), Komono (de quince a cuarenta centímetros de altura), el Chumono (de cuarenta a ochenta centímetros de altura) y por último el más grande de los bonsáis con una altura que va desde los ochenta centímetros hacia arriba, el Omono. Bueno  amigos aún nos queda mucho que ver de las técnicas que tenemos que aplicar a nuestros Bonsáis, nos queda el alambrado, pinzado, estilos, tierras a utilizar para distintos arbolitos y los tiestos o bandejas. Pero eso será en otro artículo.

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