03.07.10 - 22.44 - por: Extremadura.com / Redacción 1
Ganó a Paraguay 1 a 0, y alcanzó en semifinales del Mundial
La selección española de fútbol enterró de un plumazo todos los fantasmas que la visitan cada cuatro años y alcanzó las semifinales del Mundial de Sudáfrica gracias a un solitario gol de Villa, que bastó para derrotar (1-0) a Paraguay y rescribir la historia del fútbol nacional.
El combinado de Vicente del Bosque sudó de lo lindo para doblegar a un conjunto paraguayo muy correoso, agresivo en algunos momentos del envite. Cuando las cosas se atascan y la fluidez no es la que acostumbra, la actual campeona de Europa cuenta con un jugador sideral, que parece que inventó la palabra gol.
No sólo lleva cinco goles en la cita sudafricana, es el que abre los partidos cuando no salen. Su gol tuvo de todo, como la historia de España que comienza tras el ejercicio de suficiencia que demostró en el césped del Ellis Park. Dos penaltis errados por Xabi Alonso y Cardozo sirvieron de despertador para los 22 futbolistas que se batieron el cobre sin cesar.
Es cierto que ésta España se mira en el espejo y no ve a la de hace dos años, a la que encharcó los ojos de todo un país con un fútbol tan preciosista como preciso. El cómo ha pasado a estar en el segundo plano, pero las barreras están más rotas que nunca. Hace cuatro, ocho o doce años, España estaría haciendo las maletas y volviendo de vacío, éso es el pasado.
Una pléyade de jugadores mágicos nos abre las puertas de la gloria futbolística. Poco a poco, vamos empezando a bordar una estrella que no debe de tardar en llegar. Italia o Alemania se jactan de ellas y no de un estilo, de una forma de entender el fútbol.
Los Tassoti, Al Gandur o Zidane se van disipando de nuestro punto de vista y Casillas y Villa nos empiezan a mostrar un panorama hasta ahora desconocido, el de ganadores. Un país que le ha dado y le da tanto a un deporte como el fútbol no podía estar tanto tiempo sin jugar unas semifinales.
Y es que Casillas lo cambió todo. Lo lleva cambiando desde que se enfundó ese brazalete que no sólo habla de jerarquía, muestra qué tipo de persona y de jugador es. "Un diez como capitán y portero" señaló Luis Aragonas tras la Eurocopa que nos encumbró a un cielo del que no queremos aterrizar.
La primera parte del choque no se quedará en los libros, pero la segunda tuvo de todo. Dos penaltis pitados, otro --clarísimo-- a Fábregas no señalado y un gol que tuvo que rebotar dos veces en la madera antes de entrar. Es un tanto que habla de liberación, de cómo se siente estos futbolistas.
Casillas pone la alfombra y Villa el delirio
En el minuto 57 de partido un agarrón de Pique dentro del área fue señalado como penalti. Tantas y tantas penas máximas se pasaron por la mente. No era Estados Unidos, no era Corea del Sur, era Sudáfrica, era Casillas. Tantas críticas y tan absurdas ha tenido que soportar el de Boadilla que calla bocas con actuaciones mágicas.
A partir de ahí, España cambió. Cuando pareció que lo peor había pasado, Xabi Alonso falló un penalti que volvió a tambalear la moral nacional, que no está para muchos trotes. Sin embargo, esta plantilla no sabe nada de esos partidos en blanco y negro en los que todo salía mal. Saben de ganar.
Tuvo que ser él. Un jugador que ya es una leyenda, alguien que ha dado los pasos en su carrera de una manera tan inteligente como acertada y que llevó el delirio a todo una país. Quedaban siete minutos para el final y la sonrisa ya no se borraría jamás. Antes, el guardameta del Real Madrid tuvo tiempo para volver a lucirse y dejar claro que el marcador era inamovible.
El pitido final del colegiado Batres sonó a liberación, a alegría, a victoria. El próximo capítulo no será dentro de cuatro años, el miércoles no espera una Alemania que asusta, pero no vamos ni subidos ni derrotados, porque España ha rescrito la historia.
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